Aceleración acelerada de la desaceleración.

O lo que es lo mismo, una crisis de miedo, una crisis en toda regla. Mientras tanto algunos se entretienen en buscarle nombre a la niña cuando todo el mundo la llama por su nombre, la señorita Crisis.

De momento le llamo señorita, ya que por lo visto tiene que crecer un poco más, no sólo basta que en un mes bueno para la creación de empleo como mayo sea todo lo contrario, suba el paro, sino que tenemos que esperar a los meses posteriores al veranito, cuando la temporada turística llegue a su fin, y la gente que vive directa e indirectamente de la fuente de ingresos más importante del país, dejen de trabajar, y tengan que seguir pagando la hipoteca, el cole de los niños, el seguro del coche, y toda la ristra de facturas y recibos que tenemos cada mes.

La situación no es nada agradable, huelga de transportes, el sector primario en pie de guerra, los trabajadores más endeudados y ahogados que nunca. Sinceramente el Gobierno, no tiene una papeleta fácil, y ante esta situación creo que su inmovilidad es absoluta.

Al parecer estamos en una situación de estanflación, o lo que es lo mismo en términos más coloquiales, subida de precios (inflación) sumado a un parón o estancamiento (recesión) de la economía, esto según los expertos es uno de los peores escenarios económicos posibles por la dificultad de su manejo y corrección.

El problema en sí, no es como se le llame, crisis o pepita, lo grave del asunto es intentar ocultar algo que todos vemos y sufrimos, y lo peor aún es la pasividad con la que se trata el problema.