jueves, 29 de octubre de 2009

Tanta gomina me va a matar

Yo la verdad que ya no llevo, de jovencito, cuando tenía pelo me ponía, sobretodo los viernes y sábados por la noche para intentar acaparar la atención de las damas... sin mucho éxito, el problema no era, la cantidad o la calidad de la gomina, está claro.
En varios medios de comunicación estos días hemos podido ver y leer que el personal se está cansando de la clase política, yo a veces pienso, que cómo no lo han hecho ya.
Al PP, y lo he dicho muchas veces, nos sobran cantidades ingentes de gomina, tenemos demasiados pipiolos subidos al coche comprado con el talonario o la visa de Papi, o las niñas de mami que antes de saber que es lo que cuesta ganar un duro, están aburridas de los bolsos de 1.000 euracos.
Nos hace falta bajar del tendido a la arena, olvidarse de los coches oficiales y saber que es lo que quiere y necesita realmente el agricultor que está de sol a sol arando sus tierras, saber que necesidades tiene el autónomo que tiene la tienda de comestibles de la esquina, las dificultades por las que pasa la cajera separada y con dos hijos, del súper dónde vamos a comprar el sábado... hay que trabajar para la gente que nos pone en los cargos públicos, la gente que nos vota y que se está empezando a cansar, de nosotros de los otros, en definitiva de toda la clase política.
Por poner un ejemplo, no hace mucho que en una radio de ámbito nacional un ex ministro de Economía, resaltaba lo mucho que pagaban por las hipotecas los españoles, eso lo sabemos los que la pagamos, y lo más grave, llegan a pagar quince y hasta veinte años de hipoteca... Mira machote, por muy Ministro que hayas sido (de los míos) no tienes ni puñetera idea de lo que cuesta pagar una hipoteca, ni cuantos años la tenemos que pagar, la gomina no te deja, yo la tengo a 30 años, voy a dejar de pagarla con 60 clavaos... y cualquiera de los que leéis esto, la tenéis incluso a 35 o 40 años.
Esto es lo mismo que lo de Zapatero con el precio de un café, si el político no sabe que es lo que vale un triste café o lo que se tarda en pagar una hipoteca... no tendrá ni puñetera idea de cuales son los problemas esenciales de la persona que hace los cafés en el bareto de al lao de la oficina, ni lo que le cuesta al camarero y a su mujer pagar la hipoteca cada mes, si han tenido la suerte de poder comprar un piso.